RAFAEL ESCALAS

Entrevistamos a la leyenda de la disciplina de natación española con entrada más reciente a nuestro Salón de la Fama.

¿Qué significa para usted el reconocimiento de la RFEN como miembro del Salón de la Fama?

Estoy muy orgulloso. Muchas gracias a todos por esto. Es un premio de reconocimiento por los muchos metros que nadamos. El otro día tuve un aniversario en Nashville, donde vivo, en el club donde hacía 50 años que había nadado, y el entrenador me dijo: “Trae el logbook”. El logbook es donde escribíamos los entrenamientos. Del 79 al 80 hice 1,8 millones de metros en un año. Cada año hacíamos un millón y medio… una locura. Se nadaba más antes, pero se va más rápido ahora.

¿Qué y quién le atrajo del mundo acuático? ¿Cómo fueron sus inicios?

Mis padres. Mi padre y mi madre nadaban en el Club Natación Palma. Cuando se casaron, en vez de tirar arroz en su boda, hicieron un túnel de aletas. Mi casa siempre lo he dicho: era la Unión Soviética de la natación.

¿Qué momento de su carrera le gustaría revivir? ¿Cuál recuerda con más aprecio?

Todas las competiciones tienen cosas agradables. Realmente, pensando en todo, está la final olímpica del 80, luego el campeonato universitario de Estados Unidos, el tercer puesto en el Europeo del 81, en el que estaba Samaranch, que fue muy amable conmigo en aquel momento.

Casi todo es el entreno, los equipos, el estar con los compañeros, los amigos que conoces para siempre. Hoy, por ejemplo, me he encontrado con un amigo con el que nadábamos en Palma, en el avión. Hemos hablado un rato y ha sido fantástico.

Además, una cosa muy importante es el sacrificio que haces… Yo siempre he dicho que llevo desde el 84 de vacaciones.

¿A qué se dedica ahora mismo?

Actualmente tengo una empresa de trajes de baño. Fabricamos los trajes en Valladolid y los vendemos en Estados Unidos. Hace 33 años que los tenemos.

Si pudiese elegir ser el mejor en una distancia o en un estilo, ¿sería el mismo en el que estuvo usted vinculado durante su carrera?

No, me habría hecho especialista en 50 libres. Nadar 1.500 en 15 minutos es un sufrimiento.